lunes, 22 de agosto de 2011

---Midnight in New York---

I'm not an animal person, never been, never will be.
But I came to NY for a week and I'm staying with an amazing family who left town for the weekend and asked me to take care of Midnight (their cat) while they were gone. Most of you probably know everything about cat care. I didn't know one single thing...

El dueño de casa se tomó unos buenos diez minutos para explicarme paso por paso las tareas y me detalló todo en una nota que colgó en la cocina.
A la mañana:
- Abrir la lata de comida
- Tirar un cuarto del contenido a la basura
- Poner la mitad de lo que queda en el plato del gato
- Ponerle agua
- Guardar la otra mitad en la heladera
- Limpiar las piedritas (el baño)

- A la noche:
- Cambiar el plato
- Cambiar el agua
- Agarrar la comida de la heladera, calentarla a baño maría y dársela al gato
- Ponerle unas piedritas (de comer) arriba de la comida (tipo topping de un helado)
- Agarrar siete piedritas de esas mismas y tirárselas una por una por el living para que Midnight corra y haga ejercicio
- Nunca cerrar la puerta de la casa fuerte por si el gato se está intentando escapar y le agarro la cola.

Hice todo al pie de la letra, pero se olvidaron de explicarme lo siguiente:

-qué hacer si abría un placar y el gato se metía adentro y nunca más salía
-qué quiere decir si cuando vuelvo después de todo el día el gato me persigue hasta cuando voy al baño, se hace mimos con mi pierna, después me mira fijo y mueve la cola de un lado al otro?



Me sonaba que lo de la cola era algo negativo así que le pregunté por texto a mi novio y efectivamente confirmó mi sospecha: el gato estaba enojado. ¿Qué le habría hecho yo para que se sintiera así? No idea.
A partir de ahí me volví paranoica, a cada lugar que quería ir de la casa para hacer algo por Midnight, él me miraba fijo y me seguía a mi misma velocidad interponiéndose en mi camino. Ya no podía abrir armarios por miedo a que se metiera adentro y no saliera nunca más y tenía pánico de cambiarle el agua por si se le ocurría arañarme para manifestar su enojo con más pasión...

Aproveché que lo encontré distraído comiendo, terminé de cumplir con todas las tareas y me fui a almorzar al Café Mogador, para cerrar el ciclo de Woody Allen, Midnight and New York.


lunes, 15 de agosto de 2011

Hoy NO era el día...

Así como hay días en que las mujeres nos sentimos unas diosas, hay días en que nos pasa todo lo contrario.
Confieso que en general me siento muy linda, pero hoy no era el día.

Como trabajo desde mi casa estuve trabajando todo el día en la computadora, la mayor parte del tiempo en pijama, hasta que se me ocurrió bañarme y ponerme ropita fresca. A eso de las 20 hs me llamó mi novio para avisarme que en cinco minutos me venía a buscar para ir al supermercado. Teníamos que ir a comprar dos o tres cosas previas a mi viaje, los típicos regalos y pedidos para llevar al exterior, léase alfajores, yerba y remedios.

Me saqué las pantuflas y me puse unas botas, busqué un sweater no muy abrigado y una campera que me protegiera del frío. Me miré al espejo y pensé: ¿me estiro un poco el pelo? A lo que enseguida me contesté que no, que no era necesario, que íbamos diez minutos al supermercado y que con quién me iría a encontrar...

Diez minutos más tarde bajo y para mi sorpresa mi novio no está esperando y puteando en la puerta, lo llamo y no contesta. Entonces espero dos minutos más y aparece con gente en el auto, disculpándose por la ventana diciéndome que surgió un inconveniente. De adentro salía una luz muy fuerte que me encandilaba.

Me subo al auto y me encuentro con tres humanos totalmente desconocidos
El-Vamos a salir en la tele, me dice.
Yo- Olvidate, estoy hecha un mamarracho, apagame el flash macho.
El- y yo? Vengo del gimnasio, pero bueno, es una prenda que está haciendo la conductora y tiene que hacer dedo y lograr que la lleven hasta el canal en 3 autos diferentes, justo me pararon y no pude decirle que no.
Yo- Ok (mientras tanto el pibe al lado mío me hacía un primerísimo plano y yo con anteojos, sin maquillaje, con el pelo todo erizado y pensando cómo no me arreglé aunque sea un touch)

La dejamos a la chica en la siguiente parada y nos fuimos al supermercado.
Diez pasos en la primera góndola y ya nos encontramos con una pareja de conocidos, charlamos un rato mientras yo, que juro no ser superficial, volvía a pensar que no vuelvo a salir así de mi casa. Pero la frutilla de la torta fue cuando nos cruzamos con la pareja de actores vecinos del edificio, también en el supermercado y a mi novio se le ocurrió encararlos ahí mismo y decir una sarta de pelotudeces.

Aproveché para felicitar a mi vecina por la película recién estrenada que protagoniza con Mariano Martínez y corrí a la caja de embarazadas para auto-eyectarme lo más rápido posible del supermercado.

Conclusión: hoy no era el día para salir en la tele, no era el día para encontrarme con gente, no era el día para salir de mi casa...a partir de mañana prometo salir hecha una diosa todos los días. Amén!

Y para los que no me creen que estaba hecha un mamarracho, aquí está la triste evidencia de la realidad.
Gracias por seguirme a pesar de esto.

Ah, y para los que se lo están preguntando, claro que no estoy embarazada, sólo aproveché que la cola estaba vacía para rajar de ahí...