NYC me emociona porque vas en el subte y sabés que si hay dos personas que se miran, se gustan pero "no se animan a acercarse", al final del día uno de los dos publicará un aviso en Craigslist bajo "missed connections" con la descripción perfecta del lugar del cruce y lo que cada uno llevaba puesto.
NYC me emociona de día y de noche. Es una ciudad única, y agradezco al destino por haberme regalado esta maravillosa oportunidad de conocerla tanto.
Me emociona (después de haber vivido seis años en Buenos Aires y dieciocho en Montevideo) entrar a cualquier baño, aunque sea en el zoológico, en el parque o en un Resto de Fast Food y encontrarme con un entorno limpio en donde nunca falta el papel higiénico, el jabón y el secador.
Me emociona caminar por cualquier estación de subte y cruzarme con músicos y bailarines que zapatean y acaparan la atención de cientos de viajeros apurados.
Me emocionan los picnics en Central Park, tomar un tren y caer en Grand Central, caminar por el Soho y por Times Square, sentir que estoy en el centro del mundo entero, ir a un Broadway musical.
NYC me emociona y ojalá NYC también se emocionara por mí.