viernes, 30 de septiembre de 2011

Oda a la traducción

Hoy es el día del traductor y por eso quiero dedicarle una oda a mi profesión.
Durante los cuatro años de mi carrera cuando decía que estudiaba "Traductorado" me enfrenté a los siguientes comentarios:

"Ah, ¿y cuánto dura el curso"?
"Debe ser re fácil para vos, porque sabés perfecto inglés"
"Ah, pero además ¿estudiás alguna carrera?"
"¿Pero para qué estudiar traducción si hoy todo el mundo usa traductores automáticos?"



Entre todos los estudiantes de traducción nos íbamos apoyando y aprendiendo a tomar diferentes actitudes frente a esos comentarios. Hasta que después de tantos años y tanto esfuerzo uno se vuelve profesional y se da cuenta el valor de ser traductor o de tener uno en casa.
Luego cuando el resto de la gente se da cuenta de que tu carrera en realidad es como cualquier otra y que se estudia en la unviersidad, hasta les parece conveniente que estudies eso y automáticamente te transformás en un "diccionario vivo". Tu gente más cercana deja de usar herramientas como diccionarios de papel o virtuales porque consideran que es más fácil llamarte o buscarte por medios electrónicos y que vos les digas "cómo se dice "me duele el ojo" en inglés o qué quiere decir "look it up bastard...".

Después de que insultaron tu carrera y la trataron de inexistente te mandan un mail "bien cortito pero necesito que me traduzcas esto por favor lo antes posible...."

En el día del traductor, quiero honrar a mi profesión.
Los traductores somos libres.
Esta profesión nos permite tener trabajos no rutinarios, un día traducimos recetas de cocina y al día siguiente manuales de motocicletas. Nunca un día es igual al anterior. Todo lo que necesitamos es una computadora y conexión a Internet, no importa dónde estemos siempre que cumplamos los plazos de entrega.

Gracias a mi profesión por existir, por permitirme viajar por el mundo con mi computadora y trabajar a cualquier hora y desde cualquier lugar.
Después de tantas vueltas, menos mal que elegí esta profesión que me sigue cultivando y enseñando de todo un poco día a día.

¡Feliz día colegas!

lunes, 22 de agosto de 2011

---Midnight in New York---

I'm not an animal person, never been, never will be.
But I came to NY for a week and I'm staying with an amazing family who left town for the weekend and asked me to take care of Midnight (their cat) while they were gone. Most of you probably know everything about cat care. I didn't know one single thing...

El dueño de casa se tomó unos buenos diez minutos para explicarme paso por paso las tareas y me detalló todo en una nota que colgó en la cocina.
A la mañana:
- Abrir la lata de comida
- Tirar un cuarto del contenido a la basura
- Poner la mitad de lo que queda en el plato del gato
- Ponerle agua
- Guardar la otra mitad en la heladera
- Limpiar las piedritas (el baño)

- A la noche:
- Cambiar el plato
- Cambiar el agua
- Agarrar la comida de la heladera, calentarla a baño maría y dársela al gato
- Ponerle unas piedritas (de comer) arriba de la comida (tipo topping de un helado)
- Agarrar siete piedritas de esas mismas y tirárselas una por una por el living para que Midnight corra y haga ejercicio
- Nunca cerrar la puerta de la casa fuerte por si el gato se está intentando escapar y le agarro la cola.

Hice todo al pie de la letra, pero se olvidaron de explicarme lo siguiente:

-qué hacer si abría un placar y el gato se metía adentro y nunca más salía
-qué quiere decir si cuando vuelvo después de todo el día el gato me persigue hasta cuando voy al baño, se hace mimos con mi pierna, después me mira fijo y mueve la cola de un lado al otro?



Me sonaba que lo de la cola era algo negativo así que le pregunté por texto a mi novio y efectivamente confirmó mi sospecha: el gato estaba enojado. ¿Qué le habría hecho yo para que se sintiera así? No idea.
A partir de ahí me volví paranoica, a cada lugar que quería ir de la casa para hacer algo por Midnight, él me miraba fijo y me seguía a mi misma velocidad interponiéndose en mi camino. Ya no podía abrir armarios por miedo a que se metiera adentro y no saliera nunca más y tenía pánico de cambiarle el agua por si se le ocurría arañarme para manifestar su enojo con más pasión...

Aproveché que lo encontré distraído comiendo, terminé de cumplir con todas las tareas y me fui a almorzar al Café Mogador, para cerrar el ciclo de Woody Allen, Midnight and New York.


lunes, 15 de agosto de 2011

Hoy NO era el día...

Así como hay días en que las mujeres nos sentimos unas diosas, hay días en que nos pasa todo lo contrario.
Confieso que en general me siento muy linda, pero hoy no era el día.

Como trabajo desde mi casa estuve trabajando todo el día en la computadora, la mayor parte del tiempo en pijama, hasta que se me ocurrió bañarme y ponerme ropita fresca. A eso de las 20 hs me llamó mi novio para avisarme que en cinco minutos me venía a buscar para ir al supermercado. Teníamos que ir a comprar dos o tres cosas previas a mi viaje, los típicos regalos y pedidos para llevar al exterior, léase alfajores, yerba y remedios.

Me saqué las pantuflas y me puse unas botas, busqué un sweater no muy abrigado y una campera que me protegiera del frío. Me miré al espejo y pensé: ¿me estiro un poco el pelo? A lo que enseguida me contesté que no, que no era necesario, que íbamos diez minutos al supermercado y que con quién me iría a encontrar...

Diez minutos más tarde bajo y para mi sorpresa mi novio no está esperando y puteando en la puerta, lo llamo y no contesta. Entonces espero dos minutos más y aparece con gente en el auto, disculpándose por la ventana diciéndome que surgió un inconveniente. De adentro salía una luz muy fuerte que me encandilaba.

Me subo al auto y me encuentro con tres humanos totalmente desconocidos
El-Vamos a salir en la tele, me dice.
Yo- Olvidate, estoy hecha un mamarracho, apagame el flash macho.
El- y yo? Vengo del gimnasio, pero bueno, es una prenda que está haciendo la conductora y tiene que hacer dedo y lograr que la lleven hasta el canal en 3 autos diferentes, justo me pararon y no pude decirle que no.
Yo- Ok (mientras tanto el pibe al lado mío me hacía un primerísimo plano y yo con anteojos, sin maquillaje, con el pelo todo erizado y pensando cómo no me arreglé aunque sea un touch)

La dejamos a la chica en la siguiente parada y nos fuimos al supermercado.
Diez pasos en la primera góndola y ya nos encontramos con una pareja de conocidos, charlamos un rato mientras yo, que juro no ser superficial, volvía a pensar que no vuelvo a salir así de mi casa. Pero la frutilla de la torta fue cuando nos cruzamos con la pareja de actores vecinos del edificio, también en el supermercado y a mi novio se le ocurrió encararlos ahí mismo y decir una sarta de pelotudeces.

Aproveché para felicitar a mi vecina por la película recién estrenada que protagoniza con Mariano Martínez y corrí a la caja de embarazadas para auto-eyectarme lo más rápido posible del supermercado.

Conclusión: hoy no era el día para salir en la tele, no era el día para encontrarme con gente, no era el día para salir de mi casa...a partir de mañana prometo salir hecha una diosa todos los días. Amén!

Y para los que no me creen que estaba hecha un mamarracho, aquí está la triste evidencia de la realidad.
Gracias por seguirme a pesar de esto.

Ah, y para los que se lo están preguntando, claro que no estoy embarazada, sólo aproveché que la cola estaba vacía para rajar de ahí...



miércoles, 13 de julio de 2011

Uruguay vs. Argentina

En los últimos tiempos, los uruguayos y los argentinos hemos estado todos muy ocupados. Pasamos más de una semana analizando las pruebas del romance entre Juanita y Martín Lousteau, después otra

 semana entera especulando sobre la muerte inesperada del bebé sietemesino de Juana, de la comparación del ADN del bebé fallecido y el de "Manguera", hasta que Forlán apareció en todas las revistas, noticieros y diferentes medios. Pero nada tenía que ver con fútbol. Esta vez el goleador uruguayo era protagonista de una interesantísima noticia amorosa. Algo que podría pasarle a cualquiera de nosotros, pero si les pasa a ellos, es noticia. Uno prendía el noticiero y los periodistas nos contaban que Zaira y Forlán se habrían separado a un mes de celebrar su matrimonio. Muchas teorías, muchos uruguayos salieron a defender a Diego y argentinos a proteger la imagen de Zaira. Incluso hicieron una canción al respecto. Y pasaron los días y las diferentes teorías aumentaban. Hasta que el fútbol tomó protagonismo y se jugó la promoción y River estuvo en boca y tweets de todos nosotros. Y Boca quedó sin rival para el súper clásico. Eso sí era noticia, todo el mundo al corriente y tenía una opinión antes y después de que River se fuera a la "B". Instantáneamente empezaron a circular cientos de chistes al respecto en la gran variedad de redes sociales que hoy tenemos. Y de repente, casi sin darnos cuenta, estábamos prendiendo los televisores para ver los primeros partidos de la Copa América

Los argentinos, siempre muy agrandados cuando de fútbol se trataba, se sintieron humillados ante la imposibilidad de ganarle a Bolivia. Bolivia!!! Y recordaban tímidamente el 6-1 en la primera derrota de la era Maradona. La pulga, que tan bien se desempeña en el Viejo Continente, no podía hacer la jugada y no logró que su equipo convirtiera un gol contra Colombia. Hasta que llegó la alegría al jugar contra Costa Rica, y Argentina brilló en Córdoba tranquilizando así al pueblo argentino. Ahora sí, ya habían clasificado y sólo quedaba esperar un día más para saber quién sería su rival.

Entonces fuimos con mi novio (argentino) al Estadio Único de la Ciudad de la Plata a ver el gran enfrentamiento México-Uruguay del que nos fuimos victoriosos, porque aunque él sea argentino, también le gusta Uruguay.

Uruguay dominó todo el partido y se llevó el 1-0. Fue el mismo Uruguay que un año atrás nos sorprendió a todos obteniendo el cuarto lugar en la Copa Mundial.

Y en una semana altamente política, la noticia principal es el fútbol. Qué me importa si ganó Macri o si hay ballotage, tampoco me importa lo que diga Fito Páez o lo que Macri le conteste.

Señores y Señoras, ahora sí, se viene la noticia del año, el partido tan esperado: Argentina-Uruguay en cuartos de final. Todos los argentinos volvieron a agrandarse y me aconsejan que baje mis expectativas, que pierda las esperanzas, que Forlán puede ser bueno pero que Argentina es un equipo difícil y que bla bla bla. Y yo, que realmente soy Uruguaya pero me siento también en parte argentina porque este es el  país que me alberga hace más de 6 años, sinceramente debo ser la única persona en la tierra que no se amargará con ninguno de los resultados. Que estaré contentísima si gana la Celeste pero si Argentina llega a la semi-final también sentiré una inmensa alegría y desearé que llegue a ser campeón. Será cuestión de esperar hasta el sábado y ver cómo se desempeñan los 22 jugadores sobre la cancha...y que gane EL MEJOR!!!

viernes, 11 de febrero de 2011

--El juego y YO---

Hay personas que dicen que juegan para divertirse. Yo juego para ganar.
¿Cuál es la gracia de jugar a algo si no se pone toda la energía en ganar?

Desde niña me acusan de ser extremadamente competitiva.
Cuando era chica y mis papás salían a comer afuera, aprovechábamos con mis hermanas para jugar al ludo que alguien me había regalado para algún cumpleaños.

Tengo recuerdos de ser la mejor de las tres, pero cuando iba perdiendo, me enojaba tanto que no podía aguantarlo y como el ludo era mío, levantaba de manera brusca el tablero y tiraba todas las fichas a volar.
Después llamaba llorando a mis papás a decirles que mis hermanas y Deli me estaban peleando...
Ahora entiendo que en realidad no me peleaban, pero en ese momento sentía la derrota como una pelea impuesta sobre mí, como si me lo hicieran a propósito para hacerme sentir perdedora.

Una vez una persona que me quería muchísimo jugó al trivial en el equipo contrario al mío. ¿Para qué?
Conoció de mí una faceta que nunca había imaginado. Me miraba con ojos de "dónde está la Laura dulce que yo conozco" y al terminar el juego sentenció "Recordame que nunca más en mi vida vuelva a jugar al trival contigo, te desconozco".

Con los años fui eligiendo a qué juegos jugar y a culaés no. Por ejemplo, juego al palabras, al pictionary, al dígalo con mímica, al tejo (en el tejo vengo invicta desde que nací, nunca nadie me ganó). En fin, sólo juego cuando sé que tengo posibilidades de ganar. El ping pong es un caso especial porque depende mucho quién esté del otro lado de la cancha. A mi cuñado por ejemplo, es el único que no le he podido ganar hasta el día de hoy y le sigo jugando, pero juego porque sé que algún día alcanzaré la victoria y será más sabrosa que otras sólo por haberse hecho esperar tanto...

Ahora yo lo reconozco, no soy buena perdedora, pero no seamos hipócritas, ¿cuántos de ustedes cuando juegan algo realmente sienten el conocido versito: "ganamos, perdimos igual nos divertimos"?

lunes, 31 de enero de 2011

Debe ser que siempre preferí los helados

Un poco me avergüenza decirlo, pero recién ayer escuché por primera vez toda la historia del barquillero y la ruleta.

Después me sentí un poco mejor, cuando una amiga me dijo que ni siquiera sabía que en la playa vendían barquillos. Ayer fui con mi hermana y cuñado a la playa de José Ignacio para despedir el mes, la temporada y las vacaciones. Y en un momento de la tarde, cuando el mate ya se hacía desear, escuché la campana del señor de los barquillos (que rima con "El señor de los anillos") y el antojo se apoderó de mí. Quise empezar a hacer cuentas, a ver cuánto costaba cada barquillo y le pregunté a mi hermana mayor (que es bastante más atenta que yo) de a cuántas unidades se venden los barquillos.

Andrea: tirás la ruleta y ahí te dicen.
Yo: dale, ¿qué ruleta?, no me tomes el pelo, de a cuánto vienen.
Andrea: en serio, te lo juro, ahora cuando venga D le preguntás y vas a ver qué te dice. Yo me tapo la cara, no le digo nada y vas a ver que te dice lo mismo que yo.

Yo seguía convencida de que me estaba tomando el pelo pero cuando volvió D confirmó la historia de la ruleta. Igual podía ser que se hubieran puesto de acuerdo de antemano para tomarme el pelo (hasta ahí, todavía manejaba esa hipótesis). Entonces llamé al señor de los barquillos y allí vino, contento con su cilindro que en la parte superior lucía nada más y nada menos que una ruleta.

El barquillero nos contó que ahora quedó la ruleta de pura pinta, porque no se permite más la timba en la playa. El juego consistía en pagar siempre la misma cantidad de dinero: $60 pesos uruguayos y tirar la ruleta tres veces. Después se sumaban los tres números y esa era la cantidad de barquillos que el cliente se llevaba. A mi hermana le llamó mucho la atención que el gobierno hubiera censurado la ruleta por la timba pero que el departamento de bromatología no manifestara ningún tipo de objeción por el hecho de que los barquillos sean rellenados con dulce de leche proveniente de un recipiente de mostaza y vaya uno a saber qué más...


Ahora sólo se venden por docena. Y los rellenan con dulce de leche en el momento. El mate quedó contento por la nueva compañía y yo por la historia para contar.

Igual después me quedé pensando, por qué yo me entero de estas cosas ahora y mi hermana las supo toda la vida...

Será que de toda la variedad de productos que venden en la playa, al menos de esos que calman la ansiedad y llenan la pancita, siempre preferí los helados. Tanto así que un día de verano, hace muchos, muchos años escuché el cantar de "helado helado, palito bombón cassata helado" y no dudé en correr tras él. Un ratito más tarde, me encontré en los hombros de un total desconocido mientras el resto de la playa aplaudía mirándome y el sujeto sin nombre preguntándome "cómo es tu mamá". Y yo, tan chiquita no sabía nada de descripciones y lo único que le pude decir, sin saber que la estaba mandando al frente, fue "tiene la pArmanente".

Menos mal que mi mamá no tiene cirugías...

miércoles, 26 de enero de 2011

Condenada al éxito, pero ¿cómo llegar a él?

Yo sé que estoy condenada al éxito, lo sé.
Tengo todas las características de una persona exitosa, lo que me genera dudas es cómo llegar a él.

Muchas veces cuando les cuento a las personas (que me conocieron de grande), que a los 19 años me mudé a Los Angeles porque quería ser actriz de Hollywood, se ríen, se burlan, creen que estoy haciendo un chiste.

Allí aprendí que todos los mozos éramos actores (actores deseábamos ser pero éramos todos mozos).
Y que yo no me iba a diferenciar ni por ser linda, ni por ser uruguaya, ni por ser colorada, ni por ninguna otra particularidad. Y empecé a investigar por otros lados y me encontré con que había una gran demanda de intérpretes de español.

Los Angeles está lleno de latinos que no aprendieron inglés y necesitan comunicarse en consultorios médicos, en tribunales y en varios lugares con angloparlantes que no hablan español. Así fue que caí a Southern California School of Interpretation y comencé mis estudios de interpretación.

Tres clases más tarde ya sabía que esto era lo mío. Que nací para ser mediadora, para romper barreras, para pasar mensajes, para que no haya vacíos en la comunicación. Y me mudé a Buenos Aires para estudiar Traductorado.

Después de recibirme de traductora, vivir 18 años en Montevideo, un año en Iowa (sí... Iowa) 6 años en Buenos Aires, uno y medio en Los Ángeles y otro año y medio en Nueva York, y abandonar un posgrado en Interpretación, resolví que ahora me tocaba hacer un posgrado en Recursos Humanos. Vaya uno a saber por qué.

Entrevista de admisión completa, admitida a la Universidad, me voy de vacaciones y todo cambia.
Una serie de sucesos me hace replantearme este posgrado y analizar la posibilidad de volver a estudiar Interpretación. Estoy en este preciso momento atravesando una gran crisis vocacional y otra vez lejos de mi psicóloga para tratarlo como corresponde, así que lo vuelco aquí, con la esperanza de que mis queridos lectores (no me lee nadie) me ayuden y me guíen en esta travesía hacia el éxito profesional.

Amén!

viernes, 14 de enero de 2011

Volver al pasado

Hoy volví al pasado, sin máquinas para hacerlo. De un momento a otro me encontré en una peluquería que me recordaba a aquellas peluquerías antiguas a las que acompañaba a mi abuela hace más de veinte años.

Esta era así, la estructura, los colores, hasta las mujeres que atendían tenían una forma de hablar antigua y unos peinados de otro siglo. En el medio de la peluquería había unos cubos de vidrio que exponían clips para el pelo y otras pelotudeces de colores.

Hace muchos años que en mi familia todas las mujeres en verano van a "Peinados Nelly" a depilarse. Yo venía zafando pero hoy cuando me levanté y me miré las piernas descubrí que parecía un osito de peluche y no me quedó otra que visitar este desagradable lugar.

Llegué y le pregunté a la mismísima Nelly (sin saber que era ella) cuántas personas había para depilarse antes (ya que no tenía mucho tiempo). Me contestó "hay una y después estás tú sabés". Me senté a esperar y leer un poco y vi que pasó la "muchacha" que estaba antes en la lista. Pero mi sorpresa fue cuando iban llamando a depilar y llamaron a dos chicas más antes de llamarme a mí. Puse todo tipo de cara de "me están tomando el pelo" a lo que una de las mujeres del siglo pasado me contesta "es que ellas se estaban haciendo la tinta, no vayas a pensar que se están colando".

No entendí si el hecho de haber estado haciéndose la tinta hacía que no contaran en la lista o si las hacía transparentes para Nelly. El hecho es que esperé más de una hora que me atendieran. Y cuando finalmente me atienden, la mujer me apoya el aparato roll-on en la rodilla y le digo NOOOOO. Con sistema español por favor.
¿Para qué? Cualquier mujer que se haya depilado con sistema español sabe que te ponen la cera en todo el largo de la pierna y después tiran con "el palito" o con la mano. Esta lo iba haciendo de a secciones. Un poquito por acá, otro poquito por allá. En un momento hasta me dice "no te ha quedado ninguno" y cuando miro, tenía la pierna llena de pelos, le tuve que ir diciendo acá hay pelos, acá también, acá también porque no lo veía.

Finalmente le dije que no tenía más tiempo y me tuve que ir. Llegué a pensar en decirle a Nelly que no le pagaba por mentirosos y por incompetentes, pero me dio lástima y preferí no armar lío. Igual llegué a mi casa indignada con pelos y cera pegada en las piernas y de mal humor y no me quedó otra que desquitarme en mi blog.

miércoles, 12 de enero de 2011

Marcos y yo: un solo corazón

Escenario:
Sábado 8 de enero, en realidad mañana del domingo 7 am. Volviendo de bailar. Yo al volante. Novio (borracho) en el asiento del acompañante, hermana (borracha) en el asiento de atrás.

Resolvemos entre los tres que la noche merece ser sellada con un "Automac" y ahí vamos, en busca de saciar las ganas locas e irnos a dormir pipones. Para nuestra sorpresa, al llegar nos enteramos de que nuestra idea no fue nada original y nos encontramos con una cola de una cuadra de autos. Alguno de los dos borrachos espetó "estacionemos y bajemos a comprar ahí mismo". Buena idea, acordó el otro. Y bajamos, pero había más gente todavía adentro que afuera, así que mi hermana resolvió que igual en casa siempre sobra comida y que nos ahorramos la plata del combo... y nos fuimos decepcionados con el hambre que nos agujereaba el estómago...

Pero la decepción mayor ocurrió al día siguiente cuando volvimos a intentarlo. Esta vez sin ella. Dijimos no podemos terminar las vacaciones sin pasar por automac y allá fuimos una vez más, por suerte había menos autos y nos tomaron el pedido muy rápido. Pedimos un combo de nuggets con papas medianas, otras papas grandes y una botella de agua. "Con o sin gas" preguntó el chico que tomaba el pedido (que NO POSEA GAS, dijo Darian bien clarito). Antes de pagar Darian le pidió que agregara salsa barbacoa porque una semana antes él había ido y en vez le habían dado mostaza y los nuggets así no tienen sentido. El chico se disculpó y le dijo que no tenían más salsa barbacoa. Darian hizo su descarga, pero decidimos seguir adelante con el pedido. Pagamos y pasamos a la siguiente ventanilla. Tardaba más de la cuenta y nos pidieron que estacionáramos en el parking mientras tanto. Pasaron doce minutos y fui a quejarme adentro, en Mc Donald's el cliente siempre tiene la razón, ¿no?

-Hola, mirá, estoy esperando hace rato el pedido, qué pasa?
-Es que no está listo
-Bueno, qué me vas a dar a cambio, otras papas o algo?
-Ahí te lo saco
Un minuto más tarde, me da una bolsa y me voy al auto.
Abro la bolsa, abro las papas FRÍAS, abro los nuggets FRÍOS.
No entendí qué era lo que había que esperar tanto... que se enfriara la comida?

Tenía tanto mal humor que ya ni ganas de ir a pedirle que me lo cambiaran, iba pensando para adentro "qué bueno que me pase esto y saber que no tengo que volver a hacer esto de automac". Pero el colmo fue cuando abrí la botella y sentí el ruido repugnante a bebida gasificada. Con toda mi furia le fui a decir a la chica que mi agua era SIN GAS y que esto explotaba de burbujas. Y la muy caradura me mira y me dice "es que no tenemos sin gas". No entiendo para qué me preguntan o por qué no avisan en el momento de hacer el pedido, le contesté. Terminé tan enojada que tuvo que venir su superior a ofrecerme cambiar la bebida o devolverme el dinero. Y como afortunadamente no me gusta ninguna de las bebidas basura que venden en Mc Donald's, exigí que me devolvieran 40 pesos y me fui victoriosa a pesar de haber perdido el humor, la paciencia y las ganas de volver a comer en ese lugar.

Conclusión: cuando realmente tengan ganas de comer algo rico y calórico, no dejen de ir a CHIVITERÍA MARCOS que seguro no falla!


Feliz 2011 everybody!